lunes, 28 de mayo de 2007

Madrugadas oscuras

Lo sueños fueron diversos, pero más que sueños fueron pesadillas, o mejor dicho, malos sueños.
Algunos estuvieron terroríficos. De esos en lo que tienes que huir y uno de tus compañeros se queda atrás y no sabes si regresar a buscarlo o salvarte. Otro estuvo verdaderamente humillante, algo así como darte de comer en el piso. Pero el más psicológico fue el de un hombre observándote justo antes de bajarte los pantalones para sentarte en la taza del urinario.
Pensaba escribirlos uno a uno conforme los soñaba; sin embargo, prefiero mantenerlo en mi mente y que luego se conviertan en recuerdos borrosos con el tiempo. O qué mis propios sueños los vayan tapando poco a poco, hasta quedarme sólo con la escencia.

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