lunes, 26 de noviembre de 2007

Paul Auster “La Habitación Roja”

Quería estar en el extranjero para notar menos que, estés donde estés, todo el mundo es el extranjero: el mundo es incomprensible, escurridizo. El mundo es un lugar extranjero. El mundo era como los poemas de Baudelaire, Rimbaud y Verlanie: incomprensible y apasionante. El mundo era una lengua extraña que había que traducir. ¿Cómo se puede traducir el mundo?
Capítulo VI, Pág. 15

Un hombre escribe en inglés el libro que otro hombre escribió en francés. Un libro se hace en soledad, pero, cuando el traductor escribe su libro, lo escribe con las palabras de otro hombre que no está en la habitación. Aunque sólo haya un hombre en la habitación, hay dos hombres que hablan en la habitación: cada uno habla en una lengua para querer nombrar las mismas cosas. El traductor se convierte en una sombra, fantasma del hombre que inventó las palabras que ahora inventa el traductor. La traducción es un caso de suplantación de identidad: por decirlo con una palabra inglesa, es un caso de impersonation significa suplantación, el caso de hacerse pasar por otro.
Capítulo VIII, Pág. 17

Si escribes en una hoja de papel cuanto ves y piensas, poco a poco la vida parece no transcurrir en el presente: la vas escribiendo, y es como si la vieras ya pasada, muerta, como si vieras en la cara de un niño la cara que tendrás cuando viejo. Escribes la vida, y la vida parece una vida ya vivida. Y, cuanto más te acercas a las cosas para escribirlas mejor, para traducirlas mejor a tu propia lengua, para entenderlas mejor, cuanto más te acercas a las cosas, parece que te alejas más de las cosas, más se te escapan las cosas. Entonces te agarras a lo que tienes más cerca: hablas de ti mismo. Y, al escribir de ti mismo, empiezas a verte como si fueras otro, te tratas como si fueras otro: te alejas de ti mismo conforme te acercas a ti mismo.
Capítulo XI, Pág. 19

Descubrir el poder del azar es descubrir que somos terriblemente frágiles y vulnerables, que dependemos de la casualidad, que una coincidencia estúpida puede destrozarnos en un segundo. Que una palabra estúpida oía por casualidad también puede fulminarnos. Recordar que las personas son terriblemente frágiles es una obligación moral…
Capítulo XII, Pág. 23

lunes, 19 de noviembre de 2007

No vino: Le mans

Si he de dejarte de llamar
Si ya no puedo volverte a ver
Si evitas la casualidad
De nuestro encuentro y no me hablas más
Lloraré para siempre
Como llueve este otoño tormentoso
Quisiera estar sin ti

Si crees que no me quiere más
Si existe quien te haga más feliz
Si sólo quieres olvidar
Que me has querido como yo a ti
Lloraré para siempre
Como el río que baja
Silencioso

Quisiera estar sin ti

En las mañanas de cielo gris
En el lluvioso atardecer
Sentada sola ante el ventanal
De las largas semanas
Del otoño que acaba
Yo te espero
Tanto más que ayer
Haga bien o mal
Yo te esperaré
Yo te esperaré

viernes, 16 de noviembre de 2007

Papá

A veces uno mismo se crea su propio mundo y ese mundo interno o puede estar lleno de sol y alegria, como cuando te alistabas para tu viaje a Suecia. O puede estar muy triste y solo como te sientes ahora. Pero si abres bien los ojos y miras en tu entorno te darás cuenta que el mundo sigue andando como siempre y que solamente tu estas en ese trance. Por eso es muy importante que salgas y te relaciones con tus amigas, amigos y familiares y te darás cuenta que ellos también te quieren mucho y se sienten contentos con tu compañía.

Bueno, como te digo son sólo sentimientos muy personales. Sólo uno los siente y a veces la otra persona ni se da por enterado y uno se encierra en su propio mundo y el resto ni cuenta se da.

No va a ser tan facil olvidar, pero tampoco se te va a detener la vida en eso. Cada día amanece y anochece y si disfrutamos de la primavera y el verano, también debemos saber lo que es el otoño y el invierno

Entonces, respiremos hondo y volvamos a sonreir.

Ya pues mi preciosisisima. te beso en la cabecita.
tu papá

Mamá

Amanecí pensando en ti mi preciosa!!!!!!!!!!
Espero hayas despertado mejorcita, yo ruego a Dios que se sane tu herida mi niña, no sabes cuando me duele tu sufrimiento, quisiera tener una varita mágica y ahuyentarlo. Sé que el tiempo lo sanará. Dios te bendiga mi reina.
Te quiero mucho
Mami.

martes, 13 de noviembre de 2007

Recuérdalo con una sonrisa

Porque el destino depara cosas buenas y malas...
Ahora recien puedo sentir que no presenciaré uno de los mejores shows que se han hecho en mi país. Hoy es una de esas noches que no se olvidarán.
Supongo que al pasar los años recordaré que ésta no fue una buena época para mi. Me encontraba sin trabajo, sin amor y no pude asistir al concierto de Bjork, -y eso que ya tenía el vestuario para la ocasión.
También recordaré que el día anterior tuve la dinero prestado; pero preferí dormir.
Puede que mi estado anímico de esos meses no hayan sido los mejores y me mantuvieron estática fisicamente, pero a mil por hora mentalmente.
Supongo que tiene que ser así... Podría gritar; empero, me miraré al espejo y sonreiré.

sábado, 10 de noviembre de 2007

Vacio

El suceso de ayer por la noche no quisiera narrarlo porque no quiero recordarlo jamás.
Esa sensanción de vacio que me quedó por la madrugada fue la más desoladora y nunca antes sentida mi ser.
Imaginar un futuro gris y verlo desde un profundo agujero, era como querer que todo se acabara en ese mismo instante.
Dios, dime por qué los seres humanos experimentan esta angustia?

sábado, 3 de noviembre de 2007

Sábado por la mañana

¿Qué significa cocinar llorando? ¿Significa a caso que los que prueben tu comida terminarán llorando, así como en la novela “Como Agua para Chocolate” de Laura Esquivel? Yo no lo sé, pero creo que esta vez no me ocurrió lo del libro. Aunque no descarto la posibilidad. En todo caso, hoy mientras pelaba las papas, no aguanté más y entré en llanto. Y mientras me encontraba en aquél estado, con los ojos nublados, la nariz con mocos y las lágrimas cayendo encima de la tabla de cortar; supe que la verdadera razón de todo, era que él ya no quería compartir su mundo conmigo. Y darme por enterada de eso, mientras ahora desgranaba los choclos, era lo que me impulsaba a seguir llorando a cántaros. Y es que me preguntaba: ¿Por qué tenía que ser así? ¿Por qué ya no quería compartir nada conmigo? ¿Por qué ya no me quería tener a su lado? ¿Por qué amamos a una persona y esa persona no nos ama tanto? Necesitaba llorar, expulsar el sentimiento de mi ser. Sé que poco a poco se irá haciendo más pequeño, menos doloroso, hasta que ya no quede nada más que un simple recuerdo sin ánimos de ser recordado.