sábado, 3 de noviembre de 2007

Sábado por la mañana

¿Qué significa cocinar llorando? ¿Significa a caso que los que prueben tu comida terminarán llorando, así como en la novela “Como Agua para Chocolate” de Laura Esquivel? Yo no lo sé, pero creo que esta vez no me ocurrió lo del libro. Aunque no descarto la posibilidad. En todo caso, hoy mientras pelaba las papas, no aguanté más y entré en llanto. Y mientras me encontraba en aquél estado, con los ojos nublados, la nariz con mocos y las lágrimas cayendo encima de la tabla de cortar; supe que la verdadera razón de todo, era que él ya no quería compartir su mundo conmigo. Y darme por enterada de eso, mientras ahora desgranaba los choclos, era lo que me impulsaba a seguir llorando a cántaros. Y es que me preguntaba: ¿Por qué tenía que ser así? ¿Por qué ya no quería compartir nada conmigo? ¿Por qué ya no me quería tener a su lado? ¿Por qué amamos a una persona y esa persona no nos ama tanto? Necesitaba llorar, expulsar el sentimiento de mi ser. Sé que poco a poco se irá haciendo más pequeño, menos doloroso, hasta que ya no quede nada más que un simple recuerdo sin ánimos de ser recordado.

No hay comentarios: