Primero viene la música más triste acompañada de pensamientos y situaciones en las que te ves envuelto. Te lamentas, comienza la nostalgia, el valor que tienen las cosas tal y como estás ordenadas y como se verán separadas.
Piensas en el presente y no hay marcha a atrás.
Luego siguen los reclamos por los textos leídos, continuando por volver a ser el mismo. Transformarse. Actuar protagonizando al Ser indenpediente y seguro, sin importar herir a la otra cara de la moneda porque al fin y al cabo esa persona también te hizo lo mismo.
Y vuelven los reclamos y para ese entonces la honestidad y la lealtad quedan para el final.
Se convierten en realistas, en mundanos y llega la hora de la verdad.
Me voy y necesito llevar conmigo el dinero. Ok entonces deberé endeudarme. Lo siento pero me voy. Ok debo encontrar un roommates antes de los previsto.
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