sábado, 20 de febrero de 2010

sábado en casa: intervención y confesión

Hace meses que no me quedaba sola en casa y hoy por fin pude hacerlo:
Me desperté temprando pero me obligué a seguir durmiendo hasta promediar las 10am para luego tomar la escoba y limpiar el cuarto, poner a lavar la ropa, planchar las camisas y cocinarme unos tallarines a lo alfredo. Debo confesar que me salieron deliciosos y mientras me los comía extrañé a Bc pues estos tallarines y el lomo saltado son los platos que le encantaba que le prepare.
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Al promediar la tarde me di el duchaso respectivo, preparé café pasado y empecé a crear collares enredaderas para distraerme, venderlos y conseguir algo de dinero extra.

Ya en la noche, cosí los botones que le faltaban a mi abrigo y a mis jeans, y finalmente me dispuse a ver una película hechada en la cama.
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Intervención:
Pareces tranquila, pero bien sabes no es así. Por ejemplo: el hecho de que Bc se haya ido ha permitido que te vuelvas a encontrar contigo misma y te des cuenta de lo frágil que eres al oir ciertas melodías...

Confesión:
Ok, tienes razón, te refieres a que mientras planchaba las camisas me viste quebrarme porque sonó 80's life de the good the bad the queen y encima mientras me reestablecía continuo moonchild de M83 y me destruyó entera... Lo siento pero no puedo hacer nada al respecto, la melancolía me ha invadido nuevamente.

Intervención:
Solo te aconsejaría que ya no oigas esas melodías que te quiebran porque de lo contrario no te podrás levantar de la cama. Tú sabes a lo que me refiero...

Confesión:
Ok, sé que lo dices porque en la noche me puse a oir las canciones lentas del yoko ono -especialmente No one can see me like you do y nuevamente entré en llanto, lo cual impidió que pueda insertar el hilo en la aguja para coser el botón de mi pantalón.

Intervención:
Exacto. Como te darás cuenta, en tu narración inicial se te nota, calmada, relajada y hasta feliz por encontrarte contigo misma; sin embargo, has obviado las partes escenciales de este sábado y el hecho de que debes empezar a equilibrar tu melancolía.

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