Esta mañana mi tristeza me condujo ha caminar por las calles de mi ex cuidad para encontrame conmigo misma. Al inicio tuve miedo, pero mi tristeza era tan grande que pudo amilanar mi temor de caminar sola por esas calles; y mientras me preguntaba si algún día volvería a esta ciudad, llegué a la plaza de armas con una profunda indecisión: si seguir por pizarro o tomar independencia para continuar mi recorrido. Crucé la plaza, detrás del monumento; muriendo por caminar por pizarro, pero esta vez, decido continuar por independencia para recordar los viejos tiempos. Good eleccion! en el trayecto pude descubrir que la casona Ganoza Chopitea en la que vivió una amiga de la infancia, se había convertido en un bohemio cafe, estilo europeo.
Yo quería seguir caminando...
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