sábado, 6 de octubre de 2007

Sanatorio

Lo narraré:
Estábamos en un restaurante, yo estaba muy sarcástica. De pronto llega un mozo con unos audífonos que le colocaba a la gente a pedido de otra gente. Alguien me pidió uno para mí. Cambio de escena. Yo con los audífonos en un cuarto cerrado y con un hombre que conozco, queriendo tener sexo conmigo. La puerta estaba cerrada, pero se podía ver que había gente allá afuera. El hombre me incitaba al acto, pero yo me negaba, entonces, cogí un teléfono que vi en la habitación y pedí ayuda, pero una voz me contestó diciendo que esas era las reglas del sitio, y que si había escuchado alguna de esas melodías entonces no podía hacer nada por ayudarme. Como por arte de magia apareció una lista de melodías en mi mano. Se supone que esas melodías eran las que tenían significado oculto.
En fin, no se como logré salir de la habitación y ver que allá afuera habían más personas como aquel hombre. Para decirlo directamente enfermos mentales. Sin embargo, yo sabía que yo era normal, que yo no estaba loca. Así qué, salí caminando hasta la reja del sanatorio acompañada de más locos y traté de escaparme. Salí corriendo por las calles pero en eso, se estacionó un auto y bajaron unos hombres darks que iban a entrar al sanatorio a ver a uno de sus amigos darks que estaba por una esquina cortándose las venas, yo seguí corriendo y los vecinos de la cuadras me miraban, en eso llegó un hombre y me llevó de vuelta al lugar. Ahí estuve con dos amigas, una señora y una chica adolescente. Yo quería tratar de recordar en que momento llegué a parar en ese lugar y porque hasta ahora nadie había venido a sacarme. Yo sabía que tenía una vida allá afuera y trataba de recordarla pero mi mente estaba nula. Así qué le pregunté a mi compañera la adolescente ¿qué era lo que ella tenía que hacer al día siguiente?, a lo que me respondió que ella no hacia nada hasta que sus padres le dijeran que hacer. Entonces me quedé pensando nuevamente que yo no estaba loca, que yo tenía una vida allá afuera, trataba de recordar que tenía que hacer mañana, o que había hecho el día anterior, pero no recordaba nada. Entonces entendí que los días pasaban si darme cuenta porque yo no tenía una rutina establecida como las personas comunes... Yo no tenía vida o ésta ya estaba cansada de seguir y lo único que me quedaba era esperar que los días pasen y pasen hasta que llegue la hora de irme de los vivos... Yo no tenía una rutina establecida y los días pasaban y yo no recordaba nada del ayer ni me imaginaba el mañana.

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