miércoles, 10 de septiembre de 2008

Con los cinco dedos de la mano

Parte ONE
Ayer por la noche su mente deliraba imaginándose vieja y mientras todos conversaban y ella movía la cuchara de la sopa que estaba preparando para los invitados, le volvió eso que no la visitaba hace meses atrás. En paralelo, descubrió lo meticulosa que podía ser al atender a los visitantes y estalló en espanto al no tener la vajilla adecuada para servir la cena. Al sentarse a la mesa y llevarse el primer bocado a la boca sintió como su mano temblaba, no podía mantener el equilibrio, entonces se imagino vieja y con el mal de parkinson. Enmudeció y decidió dejar de comer.
Pensó en él y en la actitud que ella tuvo hace algunas horas atrás. Pensó que si ella ahora le atendía, él haría lo mismo cuando ella este vieja y con el mal encima. Se vio con guantes, con frío en la manos y creyó tener la enfermedad en edad prematura como le ocurrió a Michael J. Fox. Tuvo miedo.

Parte TWO
De repente ella era la única que se veía obesa o puede que en verdad lo esté y nadie se lo quiera hacer saber: Sólo el espejo. Así qué decidió tomar mucha agua y sintió el líquido helado atravesando su garganta. Recordaba también que en la ciudad donde se encontraba, debido a la altura, la digestión era lenta y mientras pensaba y pensaba observó como su novio se comía las galletas servidas en la mesa. Pensó que quizá no lo había atendido como él se lo merece. Puede que tenga hambre pensó. Le dio lástima verlo así.

Parte THREE
Le entraron ganas de orinar, huyó hacia el baño y se sentó en la taza guinda y halada recondando historias pasadas. La llamada que alguna vez le hizo desde el baño de la casa de un conocido. Las preguntas que ella le hacía y el cansacio en su respuesta. La deseperación de ella, él resentimiento de él. La impotencia de estar lejos, el querer verlo. Su indiferencia.
"Cuando éste con alguien tú serás la primera en enterarte" le gritó. Pero ella no se conformaba con eso, había un presentimiendo de mujer que se había apoderado de su alma y corazón. Habían tenido algo, eso era lógico. Buscaba darle celos, era realista. Porque tanta crueldad y ahora tanto alejamiento. No!, sólo lo hizo por resentimiento y cuando se dio cuenta de que ella era capaz de llegar hasta el final, -Cosa que hizo. Decidió quedarse a su lado. ¿Por miedo?, ¿Por pena?, ¿Por amor?... Por amor! (léase con positivismo real). Se levantó de la taza, se miró al espejo y vio su cara desgastada por los años. Su rostro había sufrido crueles depresiones; lo decían las marcadas líneas de expresión, las mejillas hinchadas y sus poros abiertos. Se sintió terrible y salió del lugar para dirigirse nuevamente a la sala y lo encontró hablándole a los invitados hasta por los codos.

Parte FOUR
Recordó las conversaciones con stino, lo analizó y se dijo para sí. Puede que sea una persona mala que quiera romper con mi estabilidad. Y si lo dejara todo por él, quien sabe si sería capaz de cuidar de mi al envejecer y encima teniendo esta terrrible enfermedad.
No!, él jamás lo haría porque su intención era solo pasarla bien.
Entonces me quedaría sola con este mal. Pensó y decidió recordar a los amigos con los que stino solía parar y así anizarlo a través de ellos. Mmm... no eran la gran cosa, no le caían. De repente era un tarado a quien no soportaba nadie, siguió pensando. Y llegó a comprender que no tenía la menor intención de verlo y mucho menos abrazarlo. Entonces, en conclusión era malo porque se comportaba de esa manera tan clandestina. Se le esfumó toda la ilusión.

Parte FIVE
No sé cuales son las conclusiones de mi trabajo de investigación?. Puede que me atrapen por ese lado creyó. Y es que se había pasado la semana entera preparando el material pero le entró pánico y se sentió ignorante en la materia. Debía leer mucho más y a profundidad el tema a investigar. ¿Y si no llegara a aprobar? le entró al incertidumbre y al reaccionar se dio cuenta que había estado alejada mentalmente de la reunión y decidió volver para reir e intervenir fumándose un cigarrillo.

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