jueves, 11 de septiembre de 2008

Ciberespacio

Le escribía poemas y cuentos de autores interesantes. Alguna vez le regaló las fotos que tomó en su habitación mientras lo esperaba. Se había convertido en una especie de periodista espía que intentaba guardar rastros del lugar de los hechos.
Otras veces le regalo sus propias fotos en donde, casi siempre, salía ella de perfil o con la cara cortada por la mitad, más nunca salía de cuerpo entero.
En sus conversaciones le escribía frases auténticas, le pasaba videos y canciones con la intención de ser interesante para él.
Deseaba saber que era lo que pensaba este sujeto; si lo apreciaba como decía, o si no entendía completamente nada.
Alguna vez le comentó que no estuvo pensando algo específico con ella; si no que simplemente entro a la carpeta de fotos y empezó a mirarlas una y otra vez imaginando su tono de voz.
Así pasaron varios años; entonces llegó el momento más odiado, la ilusión se diluyó y lo que nunca llego a saber, es si esto realmente fue verdad o no fue otra cosa que obra del ciberespacio.

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