miércoles, 17 de diciembre de 2008

Con el pasar de los años Parte I


La primera vez que lo vi fue bailando en una fiesta electrónica. Allá por el verano del 2005. Llevaba un pantalón negro y un polo azul. Estaba solo y bailaba solo moviéndode de manera desenfrenada en al pista de baile, dando vueltas a su alrededor, moviendo los brazos y levantándolos sobre la cabeza. Llevaba el ritmo. Quizás eso fue lo que me llamó la atención.
Pasó el tiempo y en algunas oportunidades me lo cruzaba, mayormente en fiestas; otras veces en la calle. Alguna vez lo vi en el micro leyendo un libro. Yo siempre estaba distante, me conformaba con verlo de lejos. Él ni siquiera se percataba de mi existencia. Con el tiempo le conocí a tres novias distintas.
Espera un momento. Flashback:
Invierno de 2006. tú sentada con tu grupo de amigos, un poco aburrida y él pasando a cada instante por tu sitio. Llegó hasta sentarse en una mesa contínua mirándote de rato en rato hasta que se dirigió a la pista de baile. Pensaste que si tú te dirigías, en este momento, también a la pista de baile, la historia podía empezar pero lo dejaste ir.
Anyway
Años después mi gusto por él era más obvio y cuando me lo encontraba no podía ocultar mi emoción, lo miraba sin verguenza por un rato y cuando se daba cuenta, yo bajaba la mirada.
Podría decir que lo encontraba máximo dos veces en un año, no más.
Pero un diciembre del 2007, después que haber tomado algunas copas con una amiga, nos animamos en ir solar al bar. Nos sentamos juntas a ver los videos de the door, bailamos un poco, seguimos tomando y ella dice: eehhh ahí está?!... Volteé la mirada hacia la entrada del bar y lo vi ingresando acompañado de un amigo alto igual que él.
Nosotras seguimos bailando y ellos hacían lo mismo en el otro extremo de la pista de baile. Así pasaron bastantes horas hasta que llegó el momento y poco a poco, entre sus pasos de baile, fueron cruzando la pista y se acercaron a nosotras. El momento esperado por años había llegado. Yo por fin me encontraba cara a cara con (.).
Vestía de negro y llevaba un polo de Cortázar.
Bailando hablamos de libros, de música, de cine, de nosotros mismos. Pasaron las horas, apagaron las luces del bar y caminamos hasta una sanguchería conversando de mil temas. Él era calmo, sencillo, su voz sonaba dulce y esperanzadora.
Recuerdo que en ese momento me encontraba atravesando una depresión aguda lo cual no permitía mostrarme de manera centrada; si no más bien alterada, con bajos y altos, con emociones fuertes, con algunos temas de conversaciones tristes, con desgano al futuro. Sin dejar de lado que estaba algo mareada, por no decir ebria y las emociones de ese día se me habían subido a la cabeza.
También recuerdo que días antes había expuesto mi vida y mi honra de manera muy baja por obsesionarme y aferrarme a un amor no correspondido y como esa persona me pidió que viajase a verlo. En otra oportunidad hubiera aceptado sin dudarlo, pero ese fin de semana era el último que pasaba con mi hermano y decidí quedarme con él. Entonces, así fue que aquel día que tomé una decisión pensando en mí y en los que verdaderamente me quieren, fue que lo conocí. A veces pienso que de haber ido al encuentro del que no me amaba, no hubiese conocido a (.), ni bailado con él, ni mucho menos oído su dulce voz...
(continuará...)

No hay comentarios: