miércoles, 25 de marzo de 2009

Querido diario

Debo confesarte que por primera vez en tanto tiempo, siento nuevamente la estabilidad física y mental que antes se ausentaba a diario debído a ese presente que ahora es pasado.
Esa serenidad que antes aparecía sólo por momentos cortos y ahora está la semana entera conmigo.
Ya no tengo que tomar café al despertar, ni aspirinas por tardes y me apetito va en aumento. Ayer por ejemplo desayuné un pan con huevos revueltos y una humita. Sé que es demasiado pero mi estómago me lo pedía y esta vez decidí complacerlo con sus antojos matutinos.
Ya por la noche me freí huevos y me preparé sopa de pollo en sobre y lo acompañé todo con una yerba luisa bien caliente.
Y ahora, para finalizar mi confesión anímica, debo admitir que me gusta bastante el nombre Yerbaluisa.

No hay comentarios: