jueves, 4 de junio de 2009

Confesión

Querido Andaluz:
Hoy fue un día raro y se incrementó más, al ver a tu padre hablando por teléfono desde el balcón de nuestro centro de labores. Hace mucho que no lo veía y como es lo más anormal no nos saludadmos.
Puedo confesar que esos segundos en los que sentí su mirada apuntándome, y yo subí la mía hasta hallarlo, me dejaron muerta el resto del día.
Se ha cortado el cabello y su mirada denota triteza, acto que me remitió a (.) hablando con él y hasta logré sentir lo dificil que ha de haber sido para él soportar que yo ya no esté más a su lado.
Andaluz, perdóname por no quedarme para siempre con tu padre, sino más bien haberle hecho tanto daño.
Antes de despedirme, me quedo con la imagen de nosotros cuatro: tú, flora, tu padre y yo sentados en la cama después de haber festejado en privado mi cumpleaños y antes de dejarlos dormiditos para salir los dos a celebrar.
Te adora
Pequeño y bello Pony

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