lunes, 19 de julio de 2010

Ay no, otra vez no

No sé porque cuando descubro algo nuevo me empieza a doler el estómago, a temblar las piernas, mi rostro cambia y mis manos sudan al teclear. Me quedo en pause por un instante pensando, imaginando esta nueva historia, sus pensamientos, el motivo de sus actos y un sin fin de cosas que jamás sabré. Debo admitirlo, muero de cólera también, y por más que trate de contenerme, mi ser me invade entero y no me deja ver el lado bueno de la vida, de un futuro que es más que evidente. Sería mejor cambiar de actitud y obviar las circunstancias para poder estabilizar mi ánimo un poco por lo menos, pero veo que es casi imposible. Lo más extraño es que al cabo de un rato siento una especie de lástima mezclada con un poco de alegría al saber que se encuentra bien, intentando que su vida transcurra de la manera más adecuada. Sin embargo, creo que el hecho de la imitación es lo que me pone de mal humor, el no poder ser original con su vida y tener que copiar esterotipos de otras mujeres para sobresalir. De mí por ejemplo. Me siento invadida, copiada, tomada por ejemplo a seguir y sé que debería causarme gracia o en todo caso sentirme halaga, pero no, en mí sucede todo lo contrario: me llena de ira.

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