"¡¡Maldita sensibilidad!!", mientras caminaba por las calles del centro de la ciudad y la gente que pasaba por ahí volteó asustada a mirarla. Como era de esperarse empezaron a comentar el grito/desahogo de la muchacha; pero ella, los miró, se rió sarcásticamente y siguió su camino a casa con aquella frase en la mente
"Maldita sensibilidad", "Maldita sensibilidad","Maldita sensibilidad" se decía una y otra vez.
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